El Getafe CF se ilumina de azul por el Día Mundial del Autismo
El Getafe se ha sumado a la celebración del Día Mundial de Concienciación del Autismo que cada 2 de abril pretende poner de relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de las personas que padecen este trastorno. Como solidaridad, edificios de todo el mundo se iluminan este día de azul, el color de representa este trastorno.
Desde la Fundación del club azulón ponen el acento a las numerosas barreras que niños y adultos con autismo se encuentran “a la hora de disfrutar de sus derechos fundamentales y de formar parte plenamente de la comunidad”. Estos obstáculos, explican, varían en cada individuo, por eso hacen hincapié en que la sociedad entienda cuáles son para permitir que las personas que padecen este trastorno se puedan adaptar a sus necesidades y no se les margine en los distintos ámbitos de la sociedad.
En España hay diagnosticadas 2.116 personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), según datos de la Confederación estatal Autismo España, que luchan día a día por lograr una integración plena. Una de ellas es Antonio, portero del Getafe Genuine, “que lleva el azul en su camiseta y en su cara una gran sonrisa, además de ser un gran compañero de vestuario”.
¿Qué es el autismo?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños tiene un TEA. “Esta estimación representa una cifra media, pues según los estudios epidemiológicos realizados en los últimos 50 años, la prevalencia mundial de estos trastornos parece estar aumentando”, subrayan.
Los TEA son un conjunto de dificultades y alteraciones que afectan al desarrollo neurológico de los niños y niñas en edades tempranas. Este término abarca un conjunto de trastornos entre los que se incluyen: el Síndrome de Asperger, el Autismo Clásico, el Trastorno Desintegrativo Infantil y el Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado.
Los principales síntomas y signos están relacionados con el lenguaje, la comunicación, la capacidad para enfrentarse a situaciones nuevas, las habilidades de interacción social y el desarrollo de comportamientos. Este trastorno limita las actividades y conductas cotidianas de las personas y, desde edades tempranas, los niños tienen dificultad para interpretar correctamente las emociones y los deseos de otras personas y para entender la perspectiva y puntos de vista de otros.
Desde la Fundación del club azulón ponen el acento a las numerosas barreras que niños y adultos con autismo se encuentran “a la hora de disfrutar de sus derechos fundamentales y de formar parte plenamente de la comunidad”. Estos obstáculos, explican, varían en cada individuo, por eso hacen hincapié en que la sociedad entienda cuáles son para permitir que las personas que padecen este trastorno se puedan adaptar a sus necesidades y no se les margine en los distintos ámbitos de la sociedad.
En España hay diagnosticadas 2.116 personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), según datos de la Confederación estatal Autismo España, que luchan día a día por lograr una integración plena. Una de ellas es Antonio, portero del Getafe Genuine, “que lleva el azul en su camiseta y en su cara una gran sonrisa, además de ser un gran compañero de vestuario”.
¿Qué es el autismo?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños tiene un TEA. “Esta estimación representa una cifra media, pues según los estudios epidemiológicos realizados en los últimos 50 años, la prevalencia mundial de estos trastornos parece estar aumentando”, subrayan.
Los TEA son un conjunto de dificultades y alteraciones que afectan al desarrollo neurológico de los niños y niñas en edades tempranas. Este término abarca un conjunto de trastornos entre los que se incluyen: el Síndrome de Asperger, el Autismo Clásico, el Trastorno Desintegrativo Infantil y el Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado.
Los principales síntomas y signos están relacionados con el lenguaje, la comunicación, la capacidad para enfrentarse a situaciones nuevas, las habilidades de interacción social y el desarrollo de comportamientos. Este trastorno limita las actividades y conductas cotidianas de las personas y, desde edades tempranas, los niños tienen dificultad para interpretar correctamente las emociones y los deseos de otras personas y para entender la perspectiva y puntos de vista de otros.